Y entonces fue cuando sus alas inmaculadas se tiñeron de gris. Cuando aquella belleza sobrenatural se malogró por la suciedad y corrupción de aquellos tiempos, y murió. Y así fue como quedó su cuerpo, ahora imperfecto; repleto de cicatrices y marcas; de las huellas que le había dejado el dolor y el paso de los años.
Y entonces fue cuando las gentes de este mundo se dieron cuenta del daño que hacen; de lo nocivas que son para los seres etéreos ajenos a ellas. Ahora ya nada volvería a ser lo mismo.
Y aún en estos tiempos, en los que ya se ha olvidado el viaje que hizo el
ángel a la tierra y su desgarradora consecuencia, al clavar lo ojos en el cielo al anochecer, podemos distinguir los destellos de su sedoso cabello, los cuales el sol se encarga de mitificar haciendo eco de su recuerdo.
